Cada mes de septiembre, seamos estudiantes o no, supone una vuelta al cole. Vuelta a la rutina, a la normalidad, al orden, a los hábitos diarios, en definitiva, vuelta la vida cotidiana.
Pero este año todo se plantea diferente a cualquiera de los septiembres vividos hasta ahora, no sabemos si vamos a tener esa vida cotidiana que al final nos aporta tanta seguridad.
Y a una le cuesta preparar su mente a tanta incertidumbre.
Así que una vez más, nos queda confiar.
La incertidumbre es una vieja y conocida compañera de viaje en nuestra vida, no nos gusta como acompañante porque es molesta, no nos deja viajar tranquilos y además no para, se mueve mucho en el asiento, nos susurra al oído miedos e inseguridades y no nos permite disfrutar del paisaje ni de una buena conversación.
Pero siempre va a estar ahí.
La única herramienta que tenemos para que la incertidumbre no nos moleste en el viaje de la vida es no mirarla.
Centrarnos en lo que realmente tenemos hoy y ahora. No en lo que podríamos haber tenido o en lo que tuvimos en otros tiempos.
Y ¿qué tenemos hoy?
Pues tenemos las cosas pequeñas de cada día, las que más valen, las que pasan desapercibidas pero cuando uno las pierde realmente sabe de su valor.
Así que en este septiembre yo apostaría por dos acciones:
La primera, disfrutar de lo que tenemos, de lo que la vida nos regala cada día.
Y la segunda, cuidarnos frente al virus que nos acecha. Para ello, aplicar las medidas recomendadas para evitar la propagación del virus, como el uso de la mascarilla, la distancia de seguridad, la limpieza de manos etc.
Y alimentar nuestras defensas, haciendo que nuestro sistema inmune esté fuerte.
Esta pandemia, afortunadamente, no nos ha quitado los alimentos nuestros frescos de cada día, y esa es una de nuestras armas para luchar contra el virus.
Acordaos lo que decía Hipócrates, el padre de la medicina moderna, “que tu alimento sea tu medicina y que tu medicina sea tu alimento”.
Pues podríamos decir que el Mercado es una gran botica, en la que podemos encontrar todo lo que necesitamos para reforzar nuestras defensas. No solo vitaminas, minerales, fitoquímicos, proteínas de altísima calidad o consejos de como utilizar todas esos alimentos a nuestro beneficio para nos salgan ricos y apetitosos, sino también la ilusión de los comerciantes su alegría, su sonrisa y sus ganas de vivir.
Pasea por nuestro Mercado, (si no puedes físicamente hacerlo, lo hacemos nosotr@s por tí; en el Mercado de la Bretxa estamos instaurando un servicio de llegar hasta donde tú estés. Si lo necesitas llámanos y te informaremos encantad@s), planifica tus menús, que en tu compra no falten productos frescos siempre.
Verduras de temporada, que las puedes encontrar en la zona de las caseras, en la frutería o en la herboristeria. Ahora en la huerta hay mucha variedad: acelgas, borrajas, pimientos, cebolletas, lechugas, tomates, vainas, calabacines, pepinos... hay manzanas, peras... empiezan las calabazas.
Respecto a las frutas tenemos a nuestra disposición todo el color y la variedad de la fruta de verano aún: melocotones, briñones, paraguayos, cerezas, albaricoques, melones,sandías...hay aguacates, y los cítricos están a punto de llegar, cuando más los vamos a necesitar, en el otoño, que con su vitamina C nos ayudarán a combatir esos catarros estacionales.
Además, tenemos a Kristina en el herbolario de nuestro Mercado, que nos aconsejará en el mundo de los cereales, de los complementos y suplementos alimenticios, en los fermentados, germinados, semillas... toda una gama de productos que quizás aún sean un poquito desconocidos para algun@s, pero que merece la pena introducir en nuestra dieta, ya que puede ser clave para mantener a nuestras defensas en muy buen estado.
También tenemos las carnicerías y las charcuterías con productos tan ricos y vistosos para nuestras mesas.
El bacalao salado, qué es de excepcional calidad. Y el maravilloso puesto de encurtidos, aceites y aceitunas qué regentan Manu y su mujer, otro tesoro para nuestras defensas.
Y lo último, y no menos importante, que es lo mío, las pescaderías.
Como ya sabéis, porque lo digo muchas veces, los pescados y mariscos nos aportan minerales de todo tipo: hierro, calcio, fósforo, magnesio etc. Además, son fuente saludable de proteínas de altísima calidad de alto valor biológico, todo ello muy importante para mantener nuestras defensas en buen estado. Por no hablar de la enorme variedad de productos marinos que tenemos...
Con todo lo comentado se pueden hacer infinidad de ricas recetas para aumentar nuestras defensas, teniendo en cuenta que la clave está en la variedad.
Yo os voy a presentar una sencilla receta para llenar nuestra mesa de color y de nutrientes. La podéis versionar cómo os plazca, para gustos están hechos los colores.
INGREDIENTES:
ELABORACIÓN:
Imaginaos qué mesa más colorida y bonita vamos a preparar con todas estas ingredientes. No sólo va a ser una mesa llena de color y aroma sino además, llena de vida y nutrientes.
Primero elaboramos nuestra salsa de tomate. El tomate tiene muchas sustancias antioxidantes muy beneficiosas para nuestra salud, entre las que destaca el licopeno. La cantidad de éste es mayor cuando el tomate se calienta a más de cien grados y si además se le añade aceite. Así que imaginaos lo realmente saludable que puede llegar a ser una buena salsa de tomate casera elaborada con buen tomate, buen aceite y todo el cariño del mundo. Rehogamos ajo y cebolla, que son las grandes aliadas de nuestras defensas, 3 dientes de ajo y una cebolla entera para el kilo de tomate de casera, que lavado y troceado añadimos al pochado. Rectificamos de sal, especias y plantas aromáticas al gusto y dejamos hervir lentamente con la tapa puesta, para que las vitaminas hidrosolubles no se escapen. A mí me encanta echarle un par de hojas de albahaca fresca, que ahora hay en el mercado. La podéis adquirir en el puesto de plantas, donde las caseras. También le pongo pimienta y un poquito de orégano. Cuando lleve unos 20 minutos o media hora el tomate hirviendo lo pasaremos por la batidora un buen rato hasta adquirir la consistencia que queremos.
El cereal elegido. Lo cocemos según sus indicaciones.
Preparamos también un rehogado de verduras para acompañar a nuestra mesa. Cebolla, ajo, zanahoria, pimiento verde, rojo y amarillo, algo de guindillas, calabacín etc...lo dejaremos que se vaya cocinando lentamente. Podemos echarle también, si nos gusta, especias. A mí me encantan. Yo a este rehogado le pongo un poquito de tomillo y siempre la pimienta multicolor recién molida. Y cuando lo emplato lo decoro con pimentón.
Ahora toca la ensalada fresquita para acompañar. Un poquito de cebolleta, lechuga de casera y el pepino. Buen aceite de oliva virgen extra, sal marina y vinagre de manzana al gusto.
Ahora que ya tenemos todo casi listo toca poner la mesa y disfrutar del emplatado y de poner las cosas con gusto y con cariño. En una fuente podemos presentar la ensalada, en otra la verdura rehogada, en otra el cereal y en otra la salsa de tomate. Y justo antes de sentarnos, haremos el bonito a la plancha que se hace en un momento y es mejor hacerlo a última hora para tomarlo calentito recién hecho. ¡Ojo, qué no se seque, que el bonito, como ya sabéis, se hace enseguida!
Y ya está, sólo queda disfrutar de la comida, de la compañía y ser conscientes en cada bocado de que no sólo estamos dando un festival para nuestro paladar y nuestro estómago vacío, sino que además, estamos nutriendo nuestro cuerpo y llenándolo de alimentos que nos van a ayudar a luchar contra este virus que nos acecha.
Y no olvidemos que, ante toda esta situación, lo único que podemos hacer nosotr@s es cuidarnos.
Agradecer lo que tenemos.
Cuidar nuestro cuerpo con un buen alimento, un buen descanso y haciendo ejercicio.
Cuidar nuestra mente con buenos pensamientos.
Y nuestro espíritu con buenas meditaciones.
La vacuna ya es cosa de l@s científic@s.
On egin!!
CAROL ARCHELI
PESCADERÍA ESPE
www.pescaderiaespe.com