ALL I OLI: Sabor catalán en Martutene
- Texto: JOSEMA AZPEITIA. Fotografía: RITXAR TOLOSA
Si estuviéramos en New York o en Londres y nos hablaran de un local sito en la otra punta de la city junto a una boca de metro no tendríamos ningún problema en bajar a las profundidades, esperar el próximo tren, viajar media hora a pie haciendo varios transbordos y acudir al mismo.
Pero en esta pequeña ciudad de provincias parece que si recomendamos coger el tren para acudir a un establecimiento situado a 5 kilómetros del centro estemos haciendo un sacrilegio. ¡El tren!! ¡Para ir a comer!! ¡Qué incómodo!! ¡Qué atraso!!
Pues bien, peor para quien vea en esto una desventaja, porque se perderá la ocasión de acudir a All i Oli de una manera rápida, cómoda, económica y ecológica. (Ahí es nada). Este restaurante se halla situado tan sólo a 25 metros del apeadero de Martutene, y prácticamente cada media hora hay trenes desde Donostia (y viceversa) que nos dejan allí, así que casi no hay que molestarse ni en mirar los horarios. En cualquier caso, si deseamos acudir con nuestro vehículo, este restaurante se encuentra en una zona que no ofrece problemas de aparcamiento.
Entrando en materia, All i Oli es uno de esos establecimientos a los que merece la pena trasladarse en cualquier momento del año. En verano podemos disfrutar de el gran valor añadido que le ofrece su amplia y sombreada terraza, una de las más acogedoras de los contornos, fresca y discreta.
Si no somos “de terraza” o no tenemos sitio en la misma, tampoco hay problema, el interior de All i Oli es terriblemente acogedor y cuenta con el espectáculo de su enorme parrilla de cara al público en la que sus responsables asan carnes, embutidos, caracoles y verduras sobre las brasas.
Ya va para tres años desde que el catalán César Barrera y su pareja, la donostiarra Arantxa Mendioroz, decidieran instalarse en Donostia tras trabajar juntos varios años en el All i Oli del Valle d´Aran, propiedad de la familia de César. Ya asentados en nuestra ciudad, esta pareja nos ofrece la misma cocina catalana de montaña que ofrecían en Viella, basada principalmente en las verduras, los arroces y las carnes. Resulta imprescindible degustar los espectaculares Caracoles a la llauna, que llegan a la mesa envueltos en llamas, así como el sabroso Arroz con conejo o el Rossejat, un fideuá elaborado con fideo cabello de ángel tostado y acompañado de sepia, tomate y langostinos. Las Parrilladas, de verduras o de carnes, son igualmente dos especialidades ineludibles de la casa, así como la Crema catalana que, sencillamente, la bordan.
Y si quieren disfrutar de lo lindo en All i Oli, antes de irse vuelvan a reservar mesa para la temporada de calçots (de diciembre a abril aproximadamente) y disfruten de una buena calçotada en familia o entre amigos. Les adornarán con un gran babero y comerán calçots a la parrilla con salsa romescu hasta que sus verdes hojas les salgan por las orejas... a un precio sorprendente.
Esto es All i Oli: Sabor catalán a cinco minutos del centro de Donostia. Un restaurante cuya visita, generalmente, invita a repetir. Adivinen por qué.
ALL I OLI
Okendotegi, 2 (Martutene). DONOSTIA-SAN SEBASTIÁN
(A 25 metros del apeadero).
Tf: 943 46 02 96
www.alliolidonosti.com
NUESTRA DEGUSTACIÓN:
MENÚ D´ESTIÚ, la mejor opción para este verano
Si acudimos durante este verano a All i Oli, nos encontraremos con una atractiva opción: El “Menú d´Estiú” o “Menú de verano”, que al fantástico precio de 25 euros ofrece los siguientes platos: Aperitivo de bienvenida; 6 Entrantes para compartir: Pa amb tumaca (1); Fuet de Lleida; Esqueixada (2); Escalivada (3); Garbanzos con Ali Oli (4); Rossejat (fideos con sepia, tomate y langostinos); Un plato fuerte individual consistente en degustación de tres butifarras con monjetas (judias blancas) (5) y un postre a elegir entre Crema catalana (6) o Tarta de la casa. El precio de 25 euros incluye la bebida, el café y el IVA. Las fotografías dan una idea del festín gastronómico que supone este excelente menú, aunque faltan por cuestión de espacio las imágenes del aperitivo, el fuet y el rossejat. Todo un alarde de cocina catalana a precio de amigo.