CUANDO UN ALIMENTO DEJA DE SER SALUDABLE

| nº 190 | agosto 2020
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El mundo de la alimentación también tiene sus modas de ida y vuelta. Actualmente hay una necesidad de retomar el camino de la alimentación saludable, de la que nos hemos desviado desde hace unos 40-50 años y hemos llegado a nuestra era con una gran tasa de enfermedades relacionadas con nuestra dieta.

Paradójicamente, a pesar de que la oferta alimentaria saludable es cada vez mayor, nuestra dieta es peor.

Nos han hecho creer que para comer de forma saludable se necesitan hacer ecuaciones de calorías, buscar alimentos difíciles de encontrar que vienen de otras partes del mundo, alimentos procesados muy complejos y específicos o filosofías de alimentación que ponen nuestro día a día del revés.

Comer de una forma saludable es más sencillo que todo eso. Normalmente son recomendaciones sencillas, fáciles y no necesariamente ligadas a una  cantidad concreta de ración. de nutrientes o alimento.

Acaso por comer la cool Kale vamos a ser más sanos que si comemos la vulgar berza… menos dejarnos llevar por el marketing y más por los alimentos “vulgares”(ojo que mientras se coma alimentos de origen vegetal como base de nuestra alimentación, vamos bien).

De hecho. actualmente con las malas elecciones que hacemos a la hora de comer, importa más lo que no se come que lo que se come.

Cuando ingerimos un alimento, en mayor o menor medida ha pasado por un proceso de transformación (la carne antes de comprarla ha sido madurada, el pescado congelado, las legumbres desecadas…) muchas veces ligada a la seguridad alimentaria para evitar toxiinfecciones.

Pero ha llegado un momento en el que comemos alimentos procesados ya no solo por su seguridad sino por su palatabilidad. Y en la medida que un alimento haya sido procesado o cómo se haya aplicado será más o menos saludable.

¿Es lo mismo comer una naranja en entero que comerla en zumo concentrado de tetra-brick?

Pasa de ser un alimento natural a un alimento ultraprocesado, que no nos aporta beneficios, ni se puede contabilizar como una ración de fruta.

¿Es lo mismo comer una crema de verduras casera que un tetra-brick de crema de verduras? y así infinidad de alimentos ultraprocesados que nos venden como copias de nuestras recetas. las que solemos cocinar en casa y en los que se suele maquillar la ausencia de materia prima con ingredientes menos saludables cómo almidón de maíz, potenciadores de sabor, sal, azúcares...

Normalmente los alimentos ultra-procesados tienen una poderosa palatabilidad, son atractivos, su duración en nuestra despensa es altísima y tienden a ser baratos. ¿Pero son realmente alimentos o “productos alimenticios”?

 

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Carolina Rïn
Dietista Colegiada nº 1887