DONOSTIA Y SU GASTRONOMÍA INSPIRAN A JAPÓN

| nº 149 | febrero 2017
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El pasado viernes 13, tuvimos la suerte de acudir como testigos privilegiados a una jornada que ha pasado totalmente desapercibida para los medios de comunicación pero que, en nuestra opinión, puede tener una gran importancia para Donostia, además de mostrar claramente lo eficaces que son los japoneses a la hora de tejer relaciones. El "proceso" se inició cuando hace unos meses recibimos una llamada de nuestro amigo Itaru Ishii, miembro del Consejo Asesor para la Promoción del Turismo en Japón, persona de gran influencia en el Gobierno del país del sol naciente. Nuestro amigo nos trasladó que Taki, una ciudad de Japón con gran importancia en lo relativo a la gastronomía, quería entablar lazos de amistad con Donostia y estaban planeando desplazarse a nuestra capital. Querían reunirse con el alcalde Eneko Goia, con la Escuela Irizar con quien Itaru guarda relación como fruto de anteriores viajes a Donostia y con Juan Mari y Elena Arzak. Nos encargamos inmediatamente de coordinar las visitas y poner a los nipones en contacto con los agentes mencionados, y en menos de dos meses una delegación japonesa visitaba la bella Easo en una visita relámpago de 24 horas.

No era una delegación cualquiera. En ella se encontraba, además del mencionado consejero del Gobierno japonés, el alcalde de la ciudad de Taki, Yukio Kubo, algunos de sus consejeros, y Hironobu Tsujiguchi, un reconocido repostero. Tras visitar la Escuela Irizar, Eneko Goia recibió a la delegación. A lo largo de una cordial visita de una hora, el alcalde donostiarra se comprometió en estrechar los lazos de colaboración con la ciudad de Taki, en la que se está preparando un gran proyecto directamente relacionado con la gastronomía en el que se prevé la construcción de un gran complejo con escuelas de cocina, hoteles y restaurantes. Hay que tener en cuenta, además, que la prefectura de Taki recibe anualmente alrededor de 10 millones de turistas, y uno de los objetivos del acuerdo de colaboración contempla la promoción recíproca de ambas ciudades, algo que, si se lleva a cabo como es debido, resultará altamente beneficioso para Donostia, pues bien es sabido que el turismo japonés es uno de los más codiciados por las ciudades centradas en la gastronomía y el turismo de calidad. Eneko Goia actuó de una manera cordial y abierta y no tuvo ningún empacho, a pesar de no estar obligado a ello, en firmar directamente el acuerdo propuesto por la delegación japonesa. Un simple gesto que arrancó las alabanzas y aplausos de los 6 japoneses presentes en el Ayuntamiento y que puede resultar altamente beneficioso para el turismo local si a partir de ahora se siguen haciendo bien las cosas.

La delegación japonesa se trasladó, acto seguido, al restaurante Arzak, en el que antes de pasar a comer pudieron reunirse con Juan Mari y Elena. Los japoneses encontraron, por parte de los emblemáticos restauradores, la misma disposición a colaborar en cualquier proyecto que encontraron en el Ayuntamiento. La satisfacción de los representantes de Taki no podía ser mayor a la hora de concluir su apresurado viaje.

Siendo como somos siempre críticos con operaciones ostentosas y caras como la ya enterrada capitalidad cultural donostiarra, no podemos sino asombrarnos ante la eficacia japonesa. Sin alardes mediáticos, discretamente y gastando en lo esencial, la delegación que nos visitó cerró en 24 horas un acuerdo de colaboración con una de las más importantes ciudades gastronómicas del mundo y con su restaurante más emblemático. Ignoramos a cuánto puede ascender el presupuesto del traslado en avión de 6 personas de Taki a Donostia, la pernoctación de una noche en el hotel Londres y una comida en Arzak, pero apostamos a que mucho menos que, por poner un ejemplo, el lamentable acto de inauguración de Donostia 2016. Sin embargo, los beneficios para la ciudad que ha promovido la operación serán bastante mayores que los que originó aquel olvidado acto.

Eso sí, Donostia saldrá también beneficiada de la discreta visita del 13 de enero e, insistimos, en gran parte debido al acertado comportamiento de Eneko Goia que actuó, de manera sobria y sin alardes mediáticos, como un buen embajador de Donostia.