Viernes, 03 Mayo 2024

EL PREMIO DE CONSOLACIÓN

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Como si no estuviéramos en mitad de una epidemia que ha propiciado que nuestros gobernantes, para tapar su manifiesta incapacidad, envíen a la ruina al gremio de la hostelería y la restauración, parte de los integrantes de dicho gremio, aparentemente no tan afectados, se dieron cita en Donostia el pasado 12 de abril y, como si no pasara nada, disfrutaron de una gala frívola y “aburrida, como todas las galas” (en palabras de uno de los asistentes) y sufragada, como viene sucediendo los últimos años, por el erario público, en este caso el gipuzkoano.

Todo ello para dar a conocer (supuestamente al mundo, pero realmente entre ellos y pocos más) los locales que este año habían sido galardonados con un Sol Repsol, ese “premio de consolación” al que aspiran tantos restaurantes que suspiran por una estrella Michelin que nunca llega o, en el resto de los casos, ese “premio complementario” que supone el sol de marras para los que ya cuentan con el otro galardón, el francés, el que, de momento, sigue siendo el que marca la pauta a pesar de la cada vez más evidente degradación de la guía roja, convertida ya en un apéndice del entramado Trip Advisor / El tenedor.

La guía de las gasolineras españolas, como viene siendo habitual, pecó por exceso, para compensar la racanería de su competidora, repartiendo soles a porrillo (96 en total) como si por mucho abarcar fuera a aumentar el público interesado en saber cuáles son los locales que por un motivo u otro han sido merecedores del favor de sus caprichosos inspectores. Volvió a demostrar que no puede dejar de seguir con el rabillo del ojo a Bibendum concediendo segundos y terceros soles exclusivamente a gentes ya consagradas por la Michelin en un enfermizo y sospechoso “yo más que tú”, tuvo algún que otro acierto con algo de atrevimiento como el sol otorgado a Kromatiko de Gasteiz  o la devolución del injustamente retirado sol al Túbal de Tafalla, y se cargó nada más nacer una aparentemente buena idea como era la concesión de un “Sol sostenible” otorgándoselo a Azurmendi de Eneko Atxa, en un acto de clara rendición al postureo y al estrellato en vez de buscar realmente un restaurante humilde y comprometido con la ecología y la sostenibilidad, que haberlos haylos, pero claro, primero hay que esforzarse en buscarlos de verdad y luego, en caso de encontrarlos, igual no son de esos que interesan a los mass media...

Lo dicho, la hostelería y la restauración todavía no ven la luz al final del oscuro túnel en el que nos encontramos, pero nuestros gobernantes siguen despilfarrando nuestro dinero a cambio de un rato de escenario en estos saraos que siguen beneficiando a los de siempre... ¿Quién dijo que este virus nos iba a hacer mejores? 

 

 

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ESTUPIDO CONCIENZUDO


JOSEMA AZPEITIA
Coordinador de Ondojan.com