Hace 149 años llega a Europa el nuevo invento de la electricidad con el encendido de los faros del cabo de La Heve en Francia. Ese mismo año se inaugura el metro de Londres, primer ferrocarril subterráneo del mundo. En Ginebra se crea la Cruz Roja. En Inglaterra, debido a la proliferación de los clubes de fútbol, se crea la Footballl Asociation, la cual introduce una serie de normas, entre otras muchas, referidas al balón, las dimensiones del campo, las faltas y sanciones en el juego, el número de jugadores...

Al otro lado del Atlántico, mientras las tropas francesas ocupan la Ciudad de México, en Estados Unidos, su presidente Abraham Lincoln, dicta el "Acta de Emancipación", mediante el cual, todos los esclavos del sur quedan libres.
También en 1863, las aguas del Mediterráneo y del Mar Rojo se unen por primera vez con la creación del Canal de Suez.

Es un año de ilustres nacimientos, como el de Joaquín Sorolla, el rey Carlos I de Portugal o el empresario automovilístico Henry Ford.

A lo largo del mismo año en que sucedían todos estos importantes acontecimientos de la historia de la humanidad, en la abrupta y volcánica isla de Madeira, a 640 km de la costa de Marruecos, nacieron las uvas de la variedad Boal que dieron lugar a la joya de la foto.

149 años después, unos pocos entusiastas del vino, tienen la suerte de disfrutar este pedacito de historia.

Siempre suelo decir que, desde mi punto de vista, lo que diferencia un vino excelente de un gran vino, es que cuando has olido y te has llevado a la boca un gran vino, la piel se te eriza y se te salta alguna lagrimilla, tal y como pasó con este Madeira, un vino para disfrutar, recordar, aprender, reír y llorar.

Gracias infinitas a Luis Gutiérrez e Ignacio Villagordo por su extrema generosidad, quienes aparecieron con esta maravilla debajo del brazo en una de nuestras habituales citas de Irrekonductibles.

+ ARTÍCULOS RELACIONADOS